lunes, 3 de septiembre de 2012

Un mes sin

Me llamó G. diciéndome que le había llegado el mensaje ayer muy tarde, y ahora este otro. Le conté que estaba de viaje, en Rosario. Me preguntó si estaba bien, qué hacía ahí… le conté brevemente que era por trabajo y que, si podía continuar la terapia en octubre, le contaría más en detalle. “¡Qué trabajo más raro ese…!” me dijo, “llamame a tu regreso para ver si te consigo un nuevo horario”. Le agradecí mucho el poder continuar las sesiones. “Besos Clara, cuidate”.

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