lunes, 3 de septiembre de 2012

Un mes sin

Me llamó G. diciéndome que le había llegado el mensaje ayer muy tarde, y ahora este otro. Le conté que estaba de viaje, en Rosario. Me preguntó si estaba bien, qué hacía ahí… le conté brevemente que era por trabajo y que, si podía continuar la terapia en octubre, le contaría más en detalle. “¡Qué trabajo más raro ese…!” me dijo, “llamame a tu regreso para ver si te consigo un nuevo horario”. Le agradecí mucho el poder continuar las sesiones. “Besos Clara, cuidate”.

jueves, 21 de junio de 2012

"Promesas sobre el bidet"

Hoy en la clase con Nati vimos los acordes del tema de Charly García "Promesas sobe el bidet". Volvió a decirme que le sorprende la rapidéz con la que avanzo en guitarra. Y yo pensé que es inversamente proporcional a la imposibilidad de emitir un sonido más o menos audible con mi voz.


Por favor, no hagas promesas sobre el bidet. 
Por favor, no me abras m·s los sobres. 
Por favor, yo te prometo te esperaré  
si es que paro de correr.

Por favor, sigue la sombra de mi bebé, 
por favor, no bebas más, no llores.
Por favor, yo te prometo, te escribiré
si es que para de llover.

Porque me tratas tan bien me tratas tan mal.
Sabés que no aprendÌ a vivir?
A veces estoy tan bien, estoy tan down,
calambres en el alma.

Cada cual tiene un trip en el bocho,
difícil que lleguemos a
ponernos de acuerdo.
De acuerdo... 

jueves, 14 de junio de 2012

Masaru Emoto y Charly García

Le conté a Nati que no puedo cantar ni siquiera cuando estoy sola en mi casa. Hablamos de porqué no puedo subir el volúmen de mi voz o darle un poco de expresión.
Entonces vocalizamos y me mostró un  truco que suele hacer para ver cómo impacta la voz puesta en una i o en una u o en una a... Tapó un cuenco con una bolsita de nylon tirante, le puso azucar encima, entonó una nota con la letra a y el azucar se movió un poquito. Después hizo la misma nota con la u y el azucar saltó en su lugar, para arrazar con todo cuando lo hizo con la letra i. Después vi cómo barría el azucar y lo dejaba amontonado en un rinconcito, escondido atrás del escobillón.
Así comprendí la naturaleza de la vibración, de lo que hablamos bastante mientras me mostraba un librito con imágenes de Masaru Emoto, que investigó esto muy profundamente.
Decidimos entonces elegir para la próxima clase un tema más simple para cantar. Y elegí uno de Charly García en el que justo había pensado en esos días después de haber tomado bastante wisky.

viernes, 8 de junio de 2012

¡Mi primera canción!

Decidí volver a las clases de Nati aunque no tenga voz. Hace dos clases que no voy.
Ella me dice que es normal, natural. Que no me haga problemas. Entonces me sugirió escuchar temas como "Tu nombre", de Coti Sorokin.

¡Y estoy tan contenta! Compuse la base de mi primera canción...
Trabajé sobre la escala que ya vimos, la de Do mayor. Me habló de cómo funcionan los acordes con séptima según si son mayores o menores. También volvió a decirme que tengo mucha facilidad, que debería estimar eso.
Hice una base bastante simple tomando como ejemplo el tema de Coti y ella improvisó con su vos una especie de melodía, de manera que yo pudiera entender cómo es que se puede componer una canción.
En casa toqué nuevamente esta base, pero no pude ponerle una melodía. No me salió nada. Mi voz no se escucha ni siquiera cuando estoy sola, completamente segura de que nadie puede oírme.

jueves, 7 de junio de 2012

Ni mejor ni peor, distinto


(· LA HISTORIA DEL BRAZO)
· MIMETIZARSE
· EN LA OBLIGACION DE DIVERTIRSE
· EL VECINO SENSIBLE
· NI MEJOR NI PEOR, DISTINTO
· TODOS SE DIVIERTEN MENOS YO

Camino rápido por los pasillos pensando que hace tres meses que no veo a G. Me cruzo con gente que charla, escucho que uno le dice al otro “tengo que hablar con vos”. Más adelante hay una señora que tose. Llego y golpeo rápido, pareciera que algo me apura a entrar. Espero a que me respondan antes de terminar de abrir la puerta que está entreabierta.
G. tiene el brazo enyesado y se la ve muy tranquila, hablamos bastante de cómo se cayó, de cómo la torturaron para volver a ponerle el brazo en su lugar, del tiempo que lleva hacer los trámites para volver a trabajar. Cuenta todo de una manera que pareciera que no está hablando de ella. Como yo estoy muy cansada le sigo la charla, no tengo ganas de hablar tanto de mí. Pero finalmente me pregunta cómo estoy, cómo va todo. Le cuento que cambió todo, por empezar el pelo, dice, ahora sos morocha. Yo la corrijo y le digo que es pelirrojo. Le cuento que también cambié de trabajo, que con el anterior hicimos un arreglo no muy conveniente para mí pero sino era estar con juicios eternametne y no ver un mango, porque lo que sacara de más iría a pagar a los abogados.
Le cuento que ahora trabajo en un bar, un trabajo que me inventé porque en realidad no necesitaban a nadie. Un día fui porque me recomendaron los del bar de Córdoba con la intensión de tocar, pero como todavía no sé qué tocar me quedé dándole charla a los clientes, o cubriendo a las chicas que están de franco... y así voy juntando horas y armándome un sueldito, siempre con la idea de finalmente tocar y cantar.
Ella me pregunta si me gusta, pero la verdad es que una cosa es ir a un bar porque se tiene ganas y otra es ir todos los días obligadamente. Para sostener esas ganas y la buena onda tomo bastante, todas las noches, y después al otro día tengo resaca y estoy muy cansada, como se veía en la sesión. Bostecé toda la sesión. Así que concluyo en que no es ni mejor ni peor que el otro trabajo, es distinto.

Decimocuarta sesión:
http://sesionesdeclarita.blogspot.com.ar/2012/06/2012-06-07-sesion-14-ni-mejor-ni-peor.html

miércoles, 6 de junio de 2012

¡Me llamó G.!

Recibí el llamado de G. anunciándome que el jueves, este jueves, retomamos la sesión... estoy entre sorprendida y contenta. Pasaron tantas cosas que no voy a saber por dónde empezar.

martes, 5 de junio de 2012

El Ameghino

Llamé al Ameghino para saber si tenían noticias de G. porque no quise volver a llamarla a ella, me imagino que para no molestarla.
Me dijeron que no había noticias, que podía ser que ya no vuelva y que tenía que comenzar todo de nuevo. Esto es: volver a esperar las seis horas que hay que esperar para tener una nueva admisión y ver si mi caso era tomado por un nuevo profesional.
Me angustié bastante y decidí entonces volver a llamar a G. en unos días para proponerle retomar la terapia de algún modo, el que ella me propusiera, antes de volver a empezar con toda mi historia en otro lado.

viernes, 1 de junio de 2012

No tengo voz

Le escribí a Nati este mail:
Hola Nati,
Te quería pedir disculpas por haber faltado ayer sin avisarte. La verdad es que sigo un poco engripada y me quedé a dormir en la casa de mi madre, donde no hay internet y no tenía tu número de teléfono agendado... El jueves que viene retomo, y si sigo con la voz tomada al menos podemos continuar con la clase de guitarra, estás de acuerdo?
Gracias, y disculpá.
Un beso grande, 
Clara
Y ella me respondió:
hola!! bueno dale, ojalá te mejores pronto! el jueves te espero entonces! seguro ya estás mucho mejor, besos! Nati

jueves, 24 de mayo de 2012

Fiebre

Hoy no pude ir a la clase de canto y guitarra. Estoy con fiebre y no tengo voz.
Pienso que tal vez no es para mí todo esto, tal vez debería aceptar que no soy más que una triste vendedora.

lunes, 21 de mayo de 2012

G. sigue sin recuperarse

Volví a llamar a G. y todavía no se recupera.
Me cuenta qué tan mal la está pasando con la A.R.T. que no le dice cuándo le dará el alta, que hay que esperar, que en cualquier momento de un día para otro paf! y listo, volvemos a la terapia.

jueves, 17 de mayo de 2012

"Penumbras"

Estuve en la clase con Nati intentando cantar Penumbras. No me sale casi la voz, intento por todos los medios pero no sucede.
En un momento Nati canta con migo y pareciera que puedo cantar. Me dice que tengo la voz muy prolija, que soy afinada, que no me equivoco en nada pero que habría que darle un poco más de expresividad.
Entonces me propone que cante sintiendo lo que dice la letra. Canto parte de las primeras líneas y me pongo a llorar desconsoladamente. No sé muy bien por qué. No estoy triste. Simplemente lloro como si se hubiera caído el mundo encima mío. Después lloro de vergüenza.
Y ella me consuela diciendo que pasa siempre, que no me preocupe, que es incluso algo bueno para mí. Me dice que tiene una alumna que hace tres meses está haciendo un tema que la moviliza mucho y que para que lo pueda cantar le pusieron un ritmo de salsa.

jueves, 10 de mayo de 2012

"Así fue..."

Le propuse a Nati hacer este tema.
En realidad lo que me gusta es lo expresiva que es ella, tan hermosa!
Parece que no le gustó...

jueves, 3 de mayo de 2012

Escalas mayores

Vimos un tema muy interesante: las escalas mayores. Sobre todo la escala de Do mayor y Sol mayor.
Nati me propuso hacer una base con estas escalas para la próxima clase de guitarra... espero lograrlo.

jueves, 26 de abril de 2012

Mi primer concierto en Bellefour

Este es un fragmento del catálogo, en donde hablan un poco de lo que hice, entre otras cosas:

"La pianista Clara Smart, del Conservatorio Nacional de Música “Carlos López Buchardo”, ha enfocado sus mas recientes obras en la improvisación a partir del crepúsculo como tema. Su interés por la luz pálida en plena desaparición después del atardecer es su inspiración, alternando en sus piezas pasajes etéreos de música leve con oscuridad que repta anunciando la llegada de la noche. El resultado es a la vez hermoso y ominoso, nostálgico y agridulce, pensado para ser disfrutado como una danza y una meditación."

Acá puede leerse el catálogo completo y escuchar algunas grabaciones.

Para saber más sobre Bellefour: http://bellefour.com/

martes, 24 de abril de 2012

Hoy le propuse a Nati cantar esta canción...

 

La noche se perdió en tu pelo...
la luna se aferró a tu piel
y el mar se sintió celoso
y quiso en tus ojos, estar él también...

Tu boca... sensual, peligrosa...
tus manos... la dulzura son
tu aliento... fatal fuego lento
que quema mis ansias y mi corazón.

Ternura que sin prisa apura
caricias que brinda el amor
Caprichos muy despacio dichos
entre la penumbra de un suave interior.

Te quiero... y ya nada importa.
La vida lo ha dictado así...
Si quieres, yo te doy el mundo...
pero no me pidas que no te ame así
que no te ame así...
que no te ame así....

martes, 17 de abril de 2012

Escala de Blues



Hoy aprendí una escala de Blues...

La verdad es que me gusta que Nati sea mi profesora. Es sensible y no le molesta mi profunda timidés para cantar.

Por suerte podemos descansar porque tomamos una semana clases de canto y otra semana clases de guitarra... no está nada mal.

Espero poder cantar alguna vez mis temas, me imagino cómo sería y me gusta...

jueves, 12 de abril de 2012

Improvisaciones en el piano de Ramón

El otro día fui a visitar a Ramón, que tiene un piano. Me convenció de tocar e hice dos improvisaciones:

La primera es una fuga de mis recuerdos de los tristes actos escolares:
http://soundcloud.com/clearsmart/fuga-de-un-triste-acto-escolar

La otra es un vals, que empieza en la selva:
http://soundcloud.com/clearsmart/vals-chiquito-en-el-piano-de

martes, 10 de abril de 2012

Mi primer clase de canto

Hoy fue mi primera clase con Nati... Canté Jealous Guy de John Lennon

I was dreaming of the past
and my heart was beating fast
i began to lose control
i began to lose control
I didn't mean to hurt you
i'm sorry that i made you cry
oh no, i didn't want to hurt you
i'm just a jealous guy
I was feeling insecure
you might not love me anymore
i was shivering inside
i was shivering inside
I didn't mean to hurt you
i'm sorry that i made you cry
oh no, i didn't want to hurt you
i'm just a jealous guy
I didn't mean to hurt you
i'm sorry that i made you cry
oh no, i didn't want to hurt you
i'm just a jealous guy
I was trying to catch your eyes
thought that you was trying to hide
i was swallowing my pain
i was swallowing my pain
I didn't mean to hurt you
i'm sorry that i made you cry
oh no, i didn't want to hurt you
i'm just a jealous guy, watch out
i'm just a jealous guy, look out babe
i'm just a jealous guy

jueves, 29 de marzo de 2012

Todavía no puedo volver a las sesiones

Llamé a G. para preguntarle cómo estaba, si ya se había recuperado de la quebradura y escuché cómo la A.R.T. la hace dar vueltas de acá para allá y lo dolorida que está y lo poco que le resultan las sesiones con su traumatólogo y que cuando supiera algo me avisaba pero que si quería la podía llamar también. Cuando corté me sentí aturdida y abandonada.

martes, 20 de marzo de 2012

Música y Nati


Hoy me reuní con Natalia Larramendi, mi nueva profesora de música. Estuvimos hablando de lo que yo quería y de cómo ella da sus clases y decidimos vernos una vez por semana, todos los martes al mediodía.
Estuvo todo muy bien, vamos a cantar y tocar la guitarra. Ella sonríe todo el tiempo, su sonrisa funciona como un protector de pantalla, y sus ojos son los que hablan subrayados por los movimientos generosos de sus cejas. Me cae bien.

jueves, 8 de marzo de 2012

Se suspenden las sesiones...

Hoy me llamó G. para comunicarme que no va a poder continuar por ahora con las sesiones. Esto es porque se cayó y se quebró un brazo. Dice que va a llamarme dentro de algunos días para contarme cómo sigue todo, que espere.
También me dejó su número de teléfono para que cualquier cosa que necesite la llame.

jueves, 1 de marzo de 2012

La calma que antecede a la tormenta



· EL CAMBIO DE LOOK
· EMPIEZO EL AÑO
· LA CALMA QUE ANTECEDE A LA TORMENTA
· LA MADRE, LA HERMANA
· INCERTIDUMBRE
· REFLEXIONES DE DOLOR DE MUELA

Mientras camino por el pasillo me entretengo viendo cómo discute una señora con Jorge, el de la ventanilla. A medida que me acerco voy escuchando parte de la conversación, que sigue mientras saludo a G. Ella está parada en la puerta del consultorio con los brazos cruzados mirando la escena.
Se la ve radiante, distendida. Hacía mucho tiempo que no nos veíamos, dos meses exactamente. En realidad tendría que haber empezado antes pero suspendí algunas sesiones por un dolor de muela. Cuando la miro bien veo que cambió su corte de pelo y que la ropa de verano la rejuvenece. Hablamos un poco de eso y de que el año empieza, que las calles están atestadas de gente y el calo hace que parezca todo un infierno. Después le comento que me quedé cerca de un mes en Córdoba porque en el local no pasa nada en el verano y aproveché que me debían unos días. Hablamos un poco de mi relación con mi mamá y mi hermana allá y finalmente le conté sobre mis salidas nocturnas. Un día conocí a unas chicas que me invitaron a pasar por el bar donde ellas trabajaban y cuando estuve ahí me di cuenta de que algo en mi vida tenía que cambiar. Ver ese lugar, charlar con gente, divertirme, me dieron ganas de retomar la música, tal vez tocar en bares. Así que seguí yendo al bar e incluso trabajé unos días en la barra, donde entendí que el alcohol resultaba ser muy bueno para relacionarme con la gente.
Al final de la sesión, cuando le conté que un día antes de ir al local me había tomado unas copitas, tuve miedo de que se dé cuenta de que en realidad no solo venía haciendo eso durante varios días sino que también me había tomado algo antes de entrar a la sesión, pero afortunadamente ella estuvo muy amable conmigo e incluso divertida, por lo que me fui tranquila y contenta.
 
Treceava sesión: 

http://sesionesdeclarita.blogspot.com.ar/2015/10/sesion-13-la-calma-que-antecede-la.html

jueves, 1 de diciembre de 2011

La otra mejilla















· EL LOCAL
· VACACIONES EN CÓRDOBA
· LAS EMPLEADAS DEL LOCAL
· SUPERVISORA, COORDINADORA, REFERENTE
· FERIADO PUENTE
· LOS ESPIGADORES Y LA ESPIGADORA
· LOS JEFES
· JUICIO Y DESPECHO
· ¿HAY ALGO MÁS A PARTE DEL TRABAJO?
· LA CONFIRMACIÓN

Camino rápido porque llego tarde pero no dejo de mirar a la gente que va apareciendo en los pasillos. Me asomo por la puerta del consultorio que está entreabierta y la saludo, ella me habla desde el escritorio, tiene la voz congestionada y los ojos un poco achinados.
A propósito del picaporte, empezamos hablando del que se encarga de arreglar las cosas del edificio, del gasista, el electricista… de cómo se va viniendo todo abajo y pareciera que nadie hace nada. Yo me siento tocada y le comento mi situación en el local: que decidí no hacer más nada hasta tanto no se aclaren las cosas, y que eso fuera de contexto podía ser leído muy mal. Y así seguimos hablando del local, aunque en el medio le comenté que me iba el 13 para las fiestas y no sabía si las vacaciones también. Me insinuó que tal vez me podía quedar en Córdoba, conseguir un trabajo allá… pero le dije que me parecía horrible, en parte porque está mi hermana y prefiero no tener que verla tanto. Después volvimos al local con esto de que soy como la supervisora pero con el mismo sueldo que las demás.
Le comenté que prefería no viajar el 13 porque es martes y se rió con ganas. Igual al parecer esos días están en medio de un "feriado puente", tema del que hablamos bastante hasta desembocar en la película "Los espigadores y la espigadora", después seguimos con las leyes de la Torah, el poder, con lo que volvimos al tema del local, los jefes y yo, que caigo en los jueguitos de poder que se dan en el "localsucho de morondanga", como lo llama ella. Entonces le cuento que cuando era chica no solo tomé la comunión y la confirmación, sino que iba a la iglesia, pero como no me animaba a jugar con los demás chicos me quedaba cantando con las catequistas. Y que eso me había dejado la costumbre de siempre "dar la otra mejilla".
Finalmente hablamos de que ya no nos vemos hasta la vuelta de las vacaciones, cosa que nos sorprende a las dos. Antes de salir del consultorio ella me da un abrazo muy cariñoso y yo me emociono mucho.

Duodécima sesión: 

http://sesionesdeclarita.blogspot.com.ar/2011/12/sesion-12-la-otra-mejilla.html

jueves, 24 de noviembre de 2011

El gato y el ratón


· EL LOCAL
· INVITACION
· INESTABILIDAD
· LA HERMANA: ERI
· COMO UN MONTAJE
· EL GATO Y EL RATON

Hoy hacía mucho calor pero por suerte en el consultorio no tanto… será que es un edificio muy antiguo que ahí siempre es invierno.
Empecé contándole sobre el local, que parece que en enero lo cierran "por reformas". La verdad es que no sé si va a volver a abrir y si voy a seguir teniendo trabajo, lo cierto es que nadie sabe dónde está el nuevo local que reemplaza a este, y este ya casi es un depósito del otro. Ella insiste en que vaya al Ministerio de Trabajo o a alguna CGP para asesorarme.
Le cuento que puede ser que me vaya de vacaciones a Córdoba, a la casa de mi hermana. Pero no es que me hayan invitado, o no termino de entender si fue de compromiso… El tema es que terminamos hablando de mi hermana y la especie de lucha de poder que tenemos desde hace un montón, donde a ella siempre es la que se enoja entonces todos están atrás de ella y yo soy la que tiene que consolar a los que trata mal. Es como un juego, ¡el gato y el ratón! Ella dice que soy el ratón, le contesto que espero que alguna vez me toque ser el gato, pero en el mundo. Entonces me responde: vos decís “¿y yo cuándo voy a ser gato?” y no “¿cuándo me voy a la mierda de acá?”. Knockout.

Onceava sesión:
http://sesionesdeclarita.blogspot.com.ar/2011/11/sesion-11-el-gato-y-el-raton.html

jueves, 17 de noviembre de 2011

Sesión malograda

Me levanté y mandé este mensaje:
"Hola G., recién llegaron mis jefes y vamos a tener una reunión. No creo poder llegar a la sesión, te pido disculpas. Espero que no traigan malas noticias. Besos, Clara."
Después me fui a dormir otra vez.

jueves, 10 de noviembre de 2011

La noche de la Pantera Rosa con final feliz


Llego contenta con el ánimo de haber estado paseando por los pasillos y sigo de largo por la puerta que está abierta hasta mi silla, porque ella me ve venir y haciendo gestos me dice que entre. Me mira sentarme y me habla del tiempo. Hablamos un buen rato del tiempo hasta que el tema no da para más. Después de eso, me dice que empiece por lo que se me ocurra y me entristezco.
Le cuento que recibí un mensaje de Sergio que decía "hola nos vemos ahora", pero como estaba lejos le había respondido que no podía, entonces quedamos en vernos el miércoles: ayer. Y estuve esperando muchísimo tiempo, ¡todo el día! Después a las 11 un mensajito de que a las 12, a las 12 otro mensajito de que más adelante, y así hasta que me dijo que así era la vida, sin compromisos. La verdad es que me había puesto contenta de que me llamara, ¿pero porqué tenía que verlo así, rápido, solo ese día a la hora que él quería? Aunque para ser sincera no fue un llamado, fue un mensajito. Igual no es que tengamos una relación ni nada, pero ¿qué tal si yo tenía otra cosa que hacer y en vez de eso me quedé esperando todo el día?
Creo que esa disponibilidad no solo lo aleja a él de mí, sino también al resto de las personas. Entonces el encierro, siempre sola. Y no es que sea solitaria porque me guste, sino porque no sé hacer otra cosa.
Después hablé de la vez en que fuimos a jugar a la casa de unas vecinitas, cosa que era muy poco común, y dibujamos todo el paredón blanco de su casa con las hojas de la planta que llamábamos monedita. Y de otra vez que acompañamos a mi mamá a visitar a una amiga suya de la secundaria, jugamos con sus hijos como animales y comimos como cerdos, cosa que hizo que nunca más nos lleve a ningún otro lado. También la anécdota del cumpleaños al que fui y a la salida me preguntó cómo estuvo y yo respondí que la torta era un asco… O la de cuando mis papás se pusieron a trabajar en el jardín todo el día mientras nosotras musicalizábamos el momento desde la galería del patio cantando la pantera rosa y haciendo ruido con palitos y cosas hasta la noche. Y en todos los casos, al final de la caricia vino el cachetazo.
Al final hablamos de mi familia, mi papá machista, mi mamá una especie de Heidy, mis abuelos cada cual encerrado en una parte de su casa, una familia del campo, la otra de la ciudad…
Me pregunto si rememorar tantas cosas tiene sentido, si sirve para justificar o explicar algo. Ella me dice que no es cuestión de justificar nada sino de ver de dónde viene la falta de opciones, que si me dan una banana chuparía la cáscara (esto a propósito de otra anécdota que le conté de mi abuela).
Y me voy totalmente desahuciada, viendo cómo ella se queda en su consultorio conforme y contenta.

Décima sesión:
http://sesionesdeclarita.blogspot.com.ar/search/label/2011-11-10%20Sesi%C3%B3n%2010%3A%20La%20noche%20de%20la%20Pantera%20Rosa%20con%20final%20feliz

jueves, 3 de noviembre de 2011

Los vestiditos de mamá


Entro por el costado por donde se entra al estacionamiento porque el sol da en unos árboles que se ven al fondo. Paso por al lado del edificio caminando mal por el empedrado y mirando cómo algunos gatos se alejan y otros se quedan tomando sol. Como faltan diez minutos para la sesión me quedo dando vueltas y viendo en qué tan mal estado está todo. 
Hay una cartelera completamente vacía con una foto pegada arriba a la izquierda que me llama la atención porque en los pasillos hay más gente que de costumbre. Se los nota un poco agitados, algunos pegan carteles en las paredes. Hay carteles por todos lados. 
Subo una escalera, otra. Bajo por el ascensor y veo que me maquillé menos que de costumbre pero más exagerado. En realidad fue intencional, pero no pensé que se notara tanto. 
Se hace la hora y me acerco al consultorio. La puerta está entreabierta como siempre y cuando estoy por golpear ella se asoma. Me dice que espere un segundo que viene una colega, entonces me alejo, miro cómo llega la colega y entra. Es una mujer que ya había visto el día de la admisión, que me había llamado la atención… ya sé, es una de las dos mujeres que me atendió la primera vez, la más grande. 
Se va la colega, ella se asoma y me llama con la mano. 
Hablamos de la gente que me rodea, de lo cansada que estoy, de papá que se cree un angelito, de mi infancia con mamá, de mi hermana. Me habla del socialismo. Después le cuento un poco de mi familia cuando papá estaba con nosotras... papá era vendedor de electrodomésticos, mamá hacía ropita para muñecos articulados. Es una sesión en la que damos vueltas por mi percepción infantil sobre mi familia. 
Cuando me voy siento una especie de cariño en su mirada, algo así como un enternecimiento que hasta ahora no había visto.

jueves, 27 de octubre de 2011

Viejo como un tango


Hoy G. parece estar en otro planeta. Me recibe trabajando en sus cosas, me habla del sello que no le anda. Le pido disculpas por mi ausencia en la sesión anterior explicándole que la chica que me cubre para que yo pueda ir a terapia había faltado. Me dice que no hay problemas a la vez que me informa que, si falto más de un par de veces, se suspende el tratamiento. Sobre todo si se nota que la persona que va no está del todo interesada. A lo que le respondo que a veces pasa que uno piensa que va a charlar ahí, entonces pareciera que se pierde un poco el tiempo... esto lo digo pensando en la sesión anterior, en donde me decidí a sacarle charla y así pasamos los cuarenta y cinco minutos. Pero ella ve las cosas de otro modo, dice que es un movimiento real para salir de un lugar en donde no se quiere estar, aunque parezca que solo se está charlando.
Después hablamos de mi situación en el local, de que pareciera que no voy a poder irme de ahí nunca. Le cuento que el jefe con el que me llevaba un poco mejor no viene más y que con el que viene no tengo ningún trato. Y el local está cada vez más descuidado, estamos como abandonadas ahí y todo lo mejor es para el nuevo lugar. Y una vez más hablamos de que hay que buscar otro trabajo...
En un momento se me ocurre hablar del jefe con el que me llevaba mejor, Sergio. Le cuento que durante diez años sostuvimos una especie de juegos de seducción, donde él me decía que todo lo que hacía lo hacía muy bien, con lo que finalmente había llegado a ser como la supervisora del local. Ella me pregunta si me pagaban como si fuera una supervisora y yo le digo que no, que solo tengo esa responsabilidad, pero que sigo siendo una empleada más a la hora de cobrar, pero que durante tanto tiempo lo hice porque me gustaba que le gustara y que últimamente lo hacía por la promesa de que iba a estar en el nuevo local ocupando ese puesto...
En el medio de todo esto me dice entre risas: "Tenés un arte para disimular lo que sentís... impresionante". De a poco le cuento mi relación con Sergio, que no llegó a más que una noche juntos, no hace mucho, después de la que nunca más nos volvimos a ver porque ni siquiera pasa por el local. Después de todo lo que le cuento ella concluye con que mi historia es de tango...

Octava sesión:

jueves, 20 de octubre de 2011

Se suspende la sesión, me quedo en el local...

Llamo a G. para informarle que hoy no llego a la sesión porque tengo que quedarme en el local a cubrir a una compañera, pero no me responde. Entonces llamo al Ameghino y me dicen que le van a avisar, pero noto que no me prestan mucha atención cuando les explico la situación. Por eso vuelvo a llamar a G. y le dejo un mensaje.

jueves, 13 de octubre de 2011

El tomate clandestino


Estoy triste, camino tratando de pensar poco, esperando llegar y que me digan "G. no vino". Golpeo la puerta y ahí está, esperándome.
Como no tengo ganas de hablar me invento una especie de juego, un experimento: sacar temas que sé que más o menos le interesan... y así es como hablamos de los problemas gremiales del Ameghino, del director que lo dejaron cesante, de la política en general.
En un momento quiero hablarle de algo, de una película que vi, pero ella no tiene muchas ganas de hablar de eso así que me dejo llevar por lo que dice y sigo con la conversación indolente.
Hablamos de los edificios públicos que son reemplazados por shoppings, de las rejas nuevas en las plazas, del mercado del tomate y volvemos al Ameghino, esta vez a los concurrentes, a las supervisiones e interconsultas... Ella dice "la cancha del Hospital Público" y ya no sé qué más agregar, pero sigo. Y trato de recrear un poco la situación hablando de la apariencia de algunos hospitales, como la del Durán, que da la sensación de estar en la nave nodriza de viaje a las estrellas.
Al final hablamos de ir al médico, me sugiere que me haga socia del Plan Médico de Cabecera y terminamos por discutir acerca del uso de las pastillas, lo que desemboca en el tema "duelo", que es donde siento que al fin va a comenzar la sesión. Pero no, es justamente ahí donde termina.
Y me voy tan triste como llegué.

Séptima sesión:

jueves, 6 de octubre de 2011

Las cajitas


Llego a la sesión bastante contenta, con un humor despejado mientras respiro el aire húmedo y frío. Veo que G. deja un llavero enorme sobre el escritorio y hago un comentario cualquiera, como para decir algo. Después me pongo a hablar del tema de las cajitas. Porque las cajitas son un tema. En el trabajo vivo ordenando las cajitas como si fuera lo único a lo que debiera dedicarme las casi diez horas que estoy ahí. De las cajitas paso con un notable disgusto al desorden general del local y termino quejándome casi histérica de la suciedad que reina en el lugar, de que todo es un asco.
Así es como empezamos a hablar de las chicas del local, de cómo son, de dónde vienen... y se empieza a perfilar la idea de conseguir otro trabajo, lo que me parece imposible.
También hablamos de los jefes: insufribles. De que están abandonando el local y a nosotras adentro... entonces le cuento que las chicas roban y como no estoy de acuerdo me toman como a un policía. Y otra vez con lo del nuevo trabajo. Hasta me cuenta que trabajaba muchísimo en una oficina pública muchísimas horas y la pasaba bárbaro.
De ahí empezamos a discutir sobre si lo que hacen las chicas es una estrategia o no, de que no solo la gente inteligente puede idear una estrategia, de que yo debería idear una...
Le cuento que uno de los jefes me había dicho que iba a ir de supervisora al otro local, pero que ese jefe no viene más. Que están organizando todo sin ella. Y que el otro jefe, el que viene, el gordito, es un tarado. Que cuando le hablo hace como si no existiera, o que le contesta a otro en vez de a mí. Me pregunta si son chinos, coreanos... pero a mí me parece que son judíos. Ella medio que se indigna cuando le digo que no sé sus apellidos y para salvar la situación le digo que soy un poco "desinteresada" de ciertas cosas.

Sexta sesión:

jueves, 29 de septiembre de 2011

El casamiento


Estoy resfriada. Llego bastante temprano y me entretengo asomándome a los consultorios. Después me siento y espero al lado de la puerta, que está un poquito entreabierta. Como no sale ni entra nadie espío y ella me sorprende, como si hubiera estado esperando que haga eso.
Las dos tenemos casi el mismo trench, sentadas una en frente de la otra me da una sensación de espejo.
Hablamos del casamiento de mi primo en Rosario. Un plomo. Es como que la gente ya va predispuesta a tener las emociones a flor de piel, más lo que se va tomando en el transcurso de la noche… la cosa se va organizando de manera que al principio, que están todos medio duros, se come y se toma. Cuando se empiezan a ablandar van todos a bailar. Y cuando ya están más blanditos, con más confianza y ya tomaron bastante, viene la parte en la que todos lloran con el video y después para canalizar eso viene el carnaval carioca. Todos re arriba, bailando, tomando y qué se yo. Y después viene la etapa en la que hay que ir bajando porque hay que irse y bueno, el café con leche, bajamos todos. Y a la cama chicos.
También hablamos de las historias clínicas, el mal estado del lugar, el piso que se infló y va a explotar en cualquier momento, el tren bala, los viajes… le cuento que me gustaba tomarme un colectivo o un tren y hacer todo el recorrido. Es como viajar sin ir a ningún lado. 
Toda la sesión estuvo atravesada por una demora entre lo que decíamos, como si hubiera un delay… y ese espacio en blanco entre cada comentario me pareció un agregado de torpeza innecesario. 
Tosí, bostecé mucho, me aburrí bastante. 

Quinta sesión:

jueves, 15 de septiembre de 2011

Poesía con torta de cumpleaños


Llegué de mal humor a la sesión y me encontré con su nuevo corte de pelo. Le queda lindo, se la ve contenta mientras me cuenta lo enferma que estuvo la semana anterior.
Al principio me cuesta hablar, nuestro humor es muy contrastante. Como no tengo idea de qué decir me pongo a mirar los cartelitos e imágenes que hay pegados en las paredes, pero es evidente que es un tema que no nos interesa. Igual pasamos un buen rato hablando de eso hasta que derivamos en la poesía, Pessoa, leer en portugués… Así que seguimos un rato hablando de los idiomas hasta que me aburro mucho y le cuento del libro “El escribiente”. Para que sepa cuál es le menciono la frase: “Preferiría no hacerlo”. Hablamos bastante de eso, pero no sabe si lo leyó o no. Entonces le cuento que me siento igual, que no tengo ganas de hacer nada, que me siento como si fuera un personaje sin alma, que tener algún interés por algo sería algo así como empezar a tener un alma y que el psicoanálisis podría ayudarme en eso. Pero no está de acuerdo, me dice que es muy “yanqui” y que estoy “retobada”. Y se me ocurre compararme con una torta de cumpleaños freezada hace veinte años, con lo que tenemos tema para rato.
Ella mantiene su actitud toda la sesión: divina, radiante. Yo me voy casi con el mismo humor con el que llegué.

Cuarta sesión:

lunes, 12 de septiembre de 2011

Música y Maffia...


Hoy me reuní con Paula Maffia, mi nueva profesora de música. Estuvimos hablando mucho del poco tiempo
que tenemos y decidimos vernos una vez al mes, para empezar.
Estos son algunos de los ejercicios que voy a hacer para la próxima:
   · Ver la película "El casamiento de Mariel"
   · Ver la serie "EEUU of Tara"
   · Elegir una canción y mandársela por mail.
   · Cantarla todas las veces que pueda, con o sin guitarra.
   · Elegir una película y un libro, alguno que sea "mi favorito" y analizar por un lado qué produce y por el otro qué recursos técnicos ayudan a que lo produzca. Por ejemplo: ¿usa cámara en mano? ¿Qué paleta de colores usa? ¿Qué tipo de narrador es? Etc. Y por último ver cómo impacta en mí.
   · Mandarle otro mail con toda esta información.
   · Ver el documental de Agnes Varda "Los espigadores y las espigadoras".
Hablamos de "la interfaz perceptiva" y al final me dijo que me parezco a Jessica Parker.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Orientales chinos coreanos japoneses


Camino rápido porque es tarde y hace algunas sesiones que no vengo. A parte cambié el día y el horario. Cuando llego veo que mi psicóloga no está, que hay otra persona que me dice que tengo que ir al consultorio de al lado. Me asomo y la veo sentada en su silla mirando algunos papeles, muy seria. 
Como está tan seria y me mira y no me habla empiezo por disculparme. En seguida nos ponemos a hablar del nuevo local y de cómo eso me resta tiempo pero a la vez me da esperanzas de un cambio. Le cuento que quise averiguar sobre los grupos de orientación vocacional y terminamos hablando de una empleada del Ameghino que según ella está más loca que un plumero. 
En un momento entiendo que estamos todos metidos como en un gran escenario en donde cada uno tiene que representar un papel, y que yo hago de vendedora, un papel que me dieron otros para otros, nada personal. Soy empleada por otros. Y volvemos a lo aburrida que estoy de eso… yo pensaba que el aburrimiento era el extremo más feo entre dos situaciones: “o aburrirme o arriesgarme por cambiarlo”, y ella termina diciéndome que no, que el aburrimiento en realidad es una buena cara de la cuestión, lo que lo sitúa en el centro de lo que yo pensaba y lo que ella me propone: que se trata de defenderse, “o me adhiero o me aburro”… me aburro, lo que significaría no adherirme ni ser parte de eso que no quiero.
Y en medio de todo esto charlamos de chinos, japoneses, coreanos… de la disciplina, de conservatorios y escuelas de música, y supe que quiero estudiar guitarra y escribir mis canciones.

Tercera sesión:

viernes, 12 de agosto de 2011

La Bella Durmiente


Hoy entré al consultorio y la vi muy tranquila, la luz del día nublado la hacía parecer melancólica. Hablamos de eso y del olor a cigarrillo que había en el ambiente. Entonces empezó a quejarse del funcionamiento de la institución, de las cuestiones políticas que tanto le interesan. 
Después de un rato de escucharla y aburrirme un poco la suerte vino en mi ayuda y con un trueno imperioso logró salvarnos de esa deriva por las tristes historias del funcionamiento interno del Ameghino. Entonces, de la mano de Jorge, un empleado que vive asomado a su ventanilla y que al parecer no tiene tiempo ni para comer, pasamos al tema de los sanguchitos, mi comida diaria. 
Hablamos también de mis mayores cualidades: la organización, el orden y la prolijidad. Descubrí que me gusta mucho que las cosas estén en el lugar que les corresponde, y que a veces este gusto pasa a ser una especie de fanatismo, lo que no me preocupa tanto porque, al fin y al cabo, es algo que me gusta.
También hubo un momento en que me contó cómo le robaron un celular en la zona donde trabajo. Le gusta hablar, contarme sus experiencias. Y yo la escucho, a veces siento que es como una mezcla de madreabuela… solo que por su profesión está obligada a escucharme también a mí y no hablar solo ella, como lo suele hacer mi mamá. Por eso pude contarle que van a abrir un nuevo local en Palermo… y que espero que las vueltas del destino hagan que entre todas las empleadas sea yo a la que elijan para trasladarse ahí.

Segunda sesión:

viernes, 5 de agosto de 2011

La muerte del animalito


Hoy fue mi primera sesión. Para mi sorpresa todo comenzó con una extensa encuesta preliminar… al principio me asustó un poco, sobre todo cuando vi que comenzaba la sesión y ella, la psicóloga, seguía anotando todo lo que yo decía como si le estuviera dictando. Después por suerte se le acabó la hoja y dejó de anotar. Se cruzó de brazos, me miró y me sentí mejor.
Hablamos de que vivo sola hace mucho tiempo y de mi gato, que un día desapareció. Me contó que una paciente tenía un perrito o perrita al que le tiraron veneno y que por suerte no se murió, pero estaba claro que esa era una posibilidad de lo que le podría haber ocurrido a mi gatito, pero que también podía haber tenido un accidente y por eso no había vuelto. 
Después hablamos de mi trabajo. Le conté que estoy hace muchísimos años en un local en la calle Avellaneda como vendedora, pero que lo que yo quería hacer era tocar algún instrumento, cantar… Le dije que había intentado estudiar música varias veces cuando era chica, pero que no había llegado a nada importante… y no sé cómo terminamos hablando de mi familia, que vive en zona sur. No quería decirle donde, pero insistió tanto que tuve que decirle. Es como si los datos precisos la obsesionaran, no sé. Pero a mí no es eso lo que me interesa, me interesa cambiar mi vida, que es tan aburrida. No hago otra cosa que ir a trabajar y volver a mi casa. Todos los días lo mismo. Entonces me recomendó que vaya a un grupo vocacional que hay ahí, en el Ameghino. No solo para saber qué quiero hacer, sino para vincularme con gente que está en la misma situación que yo, y que no son solo adolescentes, como yo pensé que eran.
En un momento nos pusimos a hablar de la sopa. Porque la sopa es mi plato preferido. Me hace sentir bien, me parece una comida cariñosa. Pero enseguida volvimos a hablar de mi trabajo, de que son muchas horas y de que no son muy amables con migo. 
Hablamos también de mi hermana, que vive en Córdoba. De que es mayor que yo, es docente y tiene una familia. Y de que nos hechábamos la culpa de todo cuando éramos chicas. De ahí pasamos al colegio, y a una historia de un chico… era un chico que me gustaba mucho y que un día me crucé en un colectivo. Él miraba por la ventanilla como pensativo, y yo decidí que quería ser así también. Entonces, a partir de ahí, intenté tomar esa actitud todo el tiempo. Le dije que me parecía que era una pose, y que cuando lo veía a ese chico estaba segura de que estaba actuando para los que lo mirábamos. Y descubrí que lo que buscaba ahí, en las sesiones, era encontrar mi personalidad.
Después hablamos de mamá y papá. Le conté que papá se fue cuando éramos chicas y que no volvió a aparecer. Que nunca le interesamos y que un día lo localicé y desde entonces trato de acercarme pero que a él le da exactamente lo mismo. Me sentí triste. Pero esa tristeza la siento igual, aunque no esté en la sesión hablando del tema. También le conté de mamá, que es como una radio melodramática que no admite interlocutores, solo oyentes.

Primera sesión:
http://sesionesdeclarita.blogspot.com/2011/08/primera-sesion-la-muerte-del-animalito.html

miércoles, 3 de agosto de 2011

Me siento un travesti


Son las siete y media de la mañana y es mi primer día. Por ahora no pasa de mi sentimiento... por lo que veo la gente con la que me fui cruzando hasta llegar acá no tiene registro de lo que soy. En realidad registran perfectamente mi apariencia, que es tan real como cualquier otra. Y en la ventanilla de informes del Ameghino recibo un trato normal.
No sé muy bien de lo que voy a hablar en la admisión. Podría hacer una lista tentativa:
- Siento como si no supiera bien quién soy;
- Estoy “suspendida” en el mismo lugar hace años;
- Quisiera desarrollar mis proyectos personales y no me sale. Hace años que quiero cantar, hacer música pero no me animo;
- Siento que vivo como en “piloto automático” y que en realidad nadie me conoce. Ni yo misma.

Cuatro horas de espera:
Son las ocho y cuarto. Estoy sentada en el mismo banquito desde que llegué y se me empiezan a secar los ojos. La próxima vez tengo que acordarme de traer lágrimas.
Ahora son las nueve menos cinco. Sigo con la lista…
- A partir de los otros, de lo que creo que los otros ven, me veo. Si me quieren me quiero, si no me quieren no me quiero. Finalmente no sé quién soy porque todos me ven diferente, cada uno como puede o quiere. Entonces, con el tiempo, voy repitiendo cosas, actitudes, gestos, que hagan que sea más o menos la misma persona para todos con la intención de ser más o menos la misma para mí, de ser más o menos yo. Pero sucede que eso en lo que me voy convirtiendo no es lo que quiero ser ni lo que en realidad creo que sea. Pienso: "No sé si soy Clara…"
Miro el reloj, son las diez y cinco. Intento arreglarme el maquillaje y pierdo un ojo sin querer. ¡Y no tengo mis lágrimas! Tampoco hay espejos… pero tengo suerte, puedo volver a ponérmelo en un ascensor que encuentro al fondo de un pasillo. Soy como un travesti de cotillón.
Vuelvo a mirar el reloj: las diez y treinta y siete. Sigo sentada en el mismo banco mirando a la gente, que en su mayoría son psicólogas, y son muchas. Debe haber algún evento, simposio o algo así…
La ropa que usan... elegantesport combinado en gamas, mucho degradé amarronado o en el mejor de los casos gris. Zapatos de taco medio, ancho. Anteojitos y peinado de señora paqueta. Gestos diáfanos de apariencia culta y controladora. En masa son espantosas porque dejan ver ese no dejarse ver: ejército analítico, autosuficiente y autosuperado. Necesito mis lágrimas
Esas son las “señoras”. Después están las “jóvenes superpersonalidades”, otro ejército de sobreactuada y jovial actitud. El maquillaje también abunda.
En los dos casos la edad es indistinta.
Bueno, también hay combinaciones, pero son casos excepcionales que según el conjunto en el que se estén se adaptan más a uno u otro. Esto es porque tienen características de los dos que se disuelven en el conjunto según el caso.
En conclusión: después de estas observaciones ya no me siento un travesti. A no ser por el psicólogo pelado que ya pasó varias veces por acá y que recién cuando levanté la vista de lo que estoy escribiendo vi cómo me miraba. No sé si como caso interesante o con mucha desconfianza. O tal vez le gusté... no sé, pero me miraba mucho.
Para salvar las apariencias tengo que estar a la altura de lo que soy y mostrarme más... ¿lo que soy? Un travesti.
Son las diez y cincuenta y siete, noto una clara flojera en mi interpretación.
Estos psicólogos me siguen dando miedo. Son tan pulcros... controladores del espíritu.
A las once y quince, cartón lleno: una psicóloga enana. Sería increíble que me toque con ella. Igual, prefiero a las maquilladas fascistas.
Once y media: Los pzapatos. Esos pzapatos.
A las doce y media después de esperar muchísimo tiempo finalmente se asoma por la puerta que está a la derecha de la ventanilla que estuve mirando las últimas cinco horas una señora bastante mayor, de pelo rubio platinado, ojos achinados y una nariz reducida con una operación bastante feliz.